Tantas veces se escuchan en los estudios de yoga, “¿Qué tipo de yoga es adecuado para mi?” y nunca es fácil contestar. Hay tantos estilos, linajes, secuencias y maneras de practicar.  Es importante saber si la persona es empezando por la primera vez o si tiene experiencia con otros regímenes de ejercicio; si busca fortalecer el cuerpo o mejorar su flexibilidad; si quiere quitar estrés de su vida o tener un espacio personal lejos de sus otras responsabilidades.  Hay muchos factores y uno tiene que encontrar su camino, su estilo, su maestro y su manera de conectarse con la práctica.

 

Aunque hay tantas desemejanzas, todas las prácticas comparten algunos elementos y uno de los más importantes es el enfoque en la relajación, particularmente la relajación final en postura de cadáver. Muchos piensan que esa parte de la clase es algo extra, un toque genial al final de la práctica que es rico pero no tan esencial. En realidad el énfasis en el descanso, que sea antes, durante o después de la práctica, es lo que distingue esta práctica de las otras. ¿Qué otro deporte o actividad termina con una pequeña siesta?

 

No te equivoques, la relajación no es opcional; algo que puedes saltar si tienes algo que hacer justo después. Es en la relajación cuando el cuerpo asimila todos los beneficios de la práctica. Vivimos en un mundo con demasiado estímulos, más y más cosas que hacer en menos y menos tiempo para realizarlas. El cuerpo reacciona a este ambiente estresante por activar el sistema nervioso simpático, el famoso “fight or flight” (“lucha o huida”). El problema es que el cuerpo se desgasta mucho cuando se queda en este estado por mucho tiempo. 

 

El cuerpo necesita tiempo para descansar, para sanarse, para recuperarse. El otro sistema nerviosos (parasimpático) es el sistema cargado en “rest and digest” (descansar y digerir) y no hay mejor manera de activar este sistema que la práctica de yoga asana y relajación profunda al final de la clase.  Los amantes del yoga salen de sus clases elogiando los efectos de las posturas; el cuerpo se siente más ligero, la mente más tranquila, la respiración más profunda y fácil. Pero muchos de estos resultan principalmente de apagar la mente y cuerpo después de ejercitarlo. La palabra “yoga” entre otras cosas significa unión y equilibrio.  Por tan activa que sea nuestras vidas y nuestras prácticas de yoga, igual de importante es la relajación que utilizamos para compensarlas.